Por Carlos Berrueta
Al proyectar un diagrama de molienda, la distribución de la cantidad de tamices y aberturas de mallas correspondientes son puntos muy importantes. Es necesario determinar las aberturas de mallas en función de una separación cualitativa y cuantitativa de los pasajes que componen el diagrama.
El tamiz plano está animado de un movimiento circular o de vaivén. El producto ataca perpendicularmente el tamiz, por la fuerza de gravedad de su peso natural y ayudada por el movimiento de las partículas.
En el punto de partida el producto está mezclado, en un conjunto, pero en cuanto se produce el movimiento comienza la clasificación de los productos más gruesos y más finos, debido a los impulsos recibidos, en la parte inferior las partículas más finas pasan a través de las más gruesas, produciéndose una clasificación por tamaño y a ésta se la sobrepone otra según la densidad, en esta estratificación los productos livianos suben y los pesados bajan.
Otra condición del cernido sobre tamices planos es el aumento de volumen ocupado de la masa del producto, que se produce por el movimiento a que está sometido el tamiz, los productos en reposo están a cierta altura y en cuanto se ponen en movimiento aumenta la luz entre las partículas agrandando el volumen ocupado en aproximadamente 2,5 veces al inicial. Se deberá tener en cuenta este coeficiente para el cálculo de la capacidad de cernido.
El movimiento circular del tamiz provoca un arrastre similar en los productos pero con un radio menor en cada capa, no obstante la presión ejercida por las capas y el coeficiente de rozamiento.
A medida que las capas se alejan del tamiz en la altura, se vuelven independientes, disminuyendo el radio de giro hasta llegar al punto de paralizarse. Esta altura varía según la densidad de los productos. Para los pasajes de roturas o trituración puede llegar a 80 mm mientras que para los semolosos que son más pesados hasta los 35/40 mm..
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